26 nov 2007

CONÚMWENU Y ÑIELOL

Cuando niño el cerro Conümwenu fué mi enemigo, bueno , en realidad me era un estorbo : un cerro disfrazado de montaña a un costado de la ciudad de Temuco , tan alto y extendido , que me ocultaba el codiciado secreto del horizonte detrás de el, era como una vaca echada en medio del camino pesada y perezosa que te impide avanzar, mi mirada hacia el este terminaba en este inoportuno cerro . Pero al otro lado de Temuco está el Ñielol , un amigo, un cerro amable , cubierto de bosques nativos ,salvado de las monstruosas industrias forestales de este país . En aquel tiempo me parecía que estos arboles siempre estaban de fiesta , era una delicia perderse en medio de estos bosques hasta encontrar un buen lugar donde recostarce en la hierba y mirar como se degradaban armoniosamente sus troncos inmutables ,hasta ser frondosas y elásticas ramas ,siempre inquietas y despiertas , unas me quitaban el sol ,otra se inclinaban en lenta reverencia como para mirarme desde arriba ,la brisa en la copa de los arboles , en ese clásico murmullo que me dejaba dormido apaciblemente con chispas de sol en los ojos .

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